The song of the sparrows.

Por Andrea Saldaña Rivera

¿Satisfechas las necesidades biológicas, el derecho a la libertad para todos los seres vivientes pasa a segundo plano o incluso desaparece? Siempre pensé que los pájaros, con sus alas, podían gozar de su libertad más que cualquier otro animal. Solo tenían que volar y dirigirse a las ramas de los árboles para construir su nido. Aunque, la enorme jaula donde mi tía María tenía varios gorriones, me dejó varias preguntas, algunas… sin respuesta.

Los gorriones estaban de lo mejor cuidados, su comida, el agua en los bebederos para los adultos y la jeringuilla o gotero para las crías. Las pequeñas “camas” para que los pichones estuvieran cómodos, fueron elaboradas con pequeños jirones de tela de algodón. La limpieza de su jaula era diaria. También, tenían dos columpios en los que se divertían. Por supuesto, mi tía ponía un cobertor sobre la jaula, por la noche, para protegerles del frío. Cualquier imprevisto en la salud de sus aves mi tía lo resolvía al llevarlas con el veterinario.

The song of the sparrows.

Me gustaba verlos comer, cantar, volar dentro de su jaula y mecerse en los columpios. Mi tía me explicó que los gorriones urbanos aprenden a subir el volumen de su canto, para no ser opacados por el ruido del tráfico. Me gustaba escuchar el canto de los gorriones, los primeros 30 a 60 minutos. Cuando sentía la enorme necesidad del silencio, ponía el cobertor sobre la jaula y de inmediato callaban. La única que protestaba era mi tía María. Aún la recuerdo riendo y regañándome…”ya me tapaste mis gorriones” me decía.

Ella me contó la historia de los gorriones: “Un día, encontré en el jardín un polluelo herido. No había ningún ni rastros de sus padres o de algún nido. Lo curé, tardó bastante tiempo en recuperarse. Imagino que por eso se adaptó al encierro. Traté de soltarlo en medio del jardín. Volaba, pero regresaba de inmediato, con miedo a encontrar cerrada la puertilla de su jaula. Le compré un gorrión hembra. Y así, empezaron a reproducirse. Les he abierto la jaula, pero no tienen interés en salir. Desde entonces, alegran mi soledad”.

The song of the sparrows.

Se que el cantar produce beneficios físicos, hormonales, neuronales y emocionales en el ser humano.¿Será lo mismo para los pájaros? ¿El canto les hace más llevadero el encierro? ¿Satisfechas las necesidades biológicas, el derecho a la libertad para todos los seres vivientes pasa a segundo plano o incluso desaparece? Creo que no tendremos respuestas y las preguntas quedarán… como el misterio del triángulo de las Bermudas.

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